Me he topado con una historia que me identifica y que creo identificará a muchos.
Un padre Australiano que cada año participaba en el Ironman de Australia, tenía la ilusión de competir junto a su hijo. Por “desgracia” nació con parálisis cerebral.
Este padre nunca vio la situación de su hijo como obstáculo y entrenó aún más fuerte -junto con su hijo- por varios años hasta que el gran momento llegó.
El australiano cercano a los 60 años, completó el recorrido de 4 km de natación, 180 km de ciclismo y una maratón de 42,1 km, acompañado de su hijo, durante las 17 horas que tardó en llegar a la meta.
Esto me hace pensar en la fortaleza del hombre y su hijo. Sobreponerse a los obstáculos, plantearse nuevos retos y sobre todo tirar pa’ delante. Tus hijos serán siempre la luz de tu vida y debes preocuparte que tu no dejes de ser la suya.
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